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sábado, 28 de febrero de 2015

Marta se está recuperando de una grave enfermedad gracias a la intercesión de Sor Ambrosina

A Marta María Negro Sánchez,  le fue diagnosticada una enfermedad inflamatoria llamada Polimiositis o miopatía inflamatoria en el mes de Noviembre de 2012.
La causa de la enfermedad se desconoce. Se sabe que es una enfermedad inflamatoria relativamente infrecuente que lleva a debilidad, hinchazón (inflamación), sensibilidad y daño en músculos.
Su aparición fue repentina. Comenzó  mostrando debilidad y dolor en brazos y piernas, hasta dificultar por completo el movimiento. Levantar brazos, levantarse de una posición de sedestación e incluso deglutir los alimentos, eran ejecuciones difíciles de realizar. La debilidad muscular le llevó a estar largos periodos de tiempo en silla de ruedas y a perder algo de voz.
La dificultad para tragar y la inapetencia, le causó una bajada repentina  y preocupante de peso.
El tratamiento de la enfermedad consiste en la administración de corticoides para bajar los niveles inflamatorios de los músculos, e inmunosupresores,  además de otros medicamentos, como el calcio para contrarrestar los efectos secundarios de los anteriormente tomados.
Han sido varias las veces que ha tenido que ingresar a causa de pequeñas recaídas, y cólicos nefríticos.
La enfermedad se inició con unos valores inflamatorios de 19.000.
En el tiempo de Adviento de 2013, las hermanas del Jesús Redentor, del Colegio Patrocinio San José de Valladolid y la familia de Marta, incluida ella misma, comenzaron una novena a Sor Ambrosina de San Carlos, para pedir por su recuperación, después de una recaída brusca  de la enfermedad.
Actualmente la Comunidad de Jesús Redentor y nosotros en la familia seguimos rezando cada día a Sor Ambrosina. Gracias a su intercesión los valores inflamatorios, a día de hoy, son de 268, pudiendo andar simplemente con ayuda de un bastón.

miércoles, 21 de enero de 2015

A Vinicio le desaparecen los dolores después de colocarse la bufanda de Sor Ambrosina en el cuello

             Me llamo Vinicio De Meo, el día 7 de Marzo de 2007, me fui al hospital aquejado de fuertes dolores. Me dejaron ingresado 10 días, y a la mañana siguiente me mandaron a casa. Estuve bastante tiempo en reposo pero luego recaí de nuevo y comencé a sentirme mal, tenía dolores fuertísimos en todo el cuerpo. Esa misma noche, mi mujer fue a la Iglesia de la Anunciata a rezar a Sor Ambrosina. Cuando llegó a casa, viéndome en tan malas condiciones, se acordó de la bufanda bendecida de Sor Ambrosina y con fe me la puso al cuello. Nada más ponérmela los dolores, poco a poco, comenzaron a disminuir; al día siguiente me sentía mejor…, y luego los dolores desaparecieron por completo.
 
Ahora no me canso nunca de contar a mis hijos y nietos que, nada más que tuve la bufanda de Sor Ambrosina puesta en mi cuello, me sentí aliviado de aquellos dolores, y además sentía una sensación de paz y tranquilidad.
                                             Vinicio De Meo

El pequeño Andrés supera con éxito una difícil intervención quirúrgica


Le comunico con mucha alegría que mi hijo, de casi tres años, ha superado con éxito las muchas complicaciones que se presentaban en la intervención quirúrgica de una hernia estrangulada con necrosis. Creo firmemente que sor Ambrosina de San Carlos ha intercedido por él ante Dios.

Desde hacía diez días, el pequeño Andrés, sufría fuertes crisis asmáticas producidas por una alergia y se quejaba también de dolor de vientre, pero los médicos sólo habían conseguido frenar la crisis de asma con cortisona y antistaminicos.

El 23 de diciembre de 2002, a las 22,20 horas, mi hijo entraba en el quirófano, sin haber podido hacer ningún diagnóstico seguro, que explicase la inflamación y el continuo dolor de vientre. Desafortunadamente los médicos me habían informado que una regurgitación gástrica (el niño había comido) o una crisis de asma, durante la intervención hubiera sido letal para el pequeño.

Desde hacía tiempo estaba rezando a sor Ambrosina para que le devolviese la salud a mi hijo. En aquellos momentos la rezaba más que nunca para que intercediera ante Dios. Hoy, Andrés, está bien y espero que un día también él pueda agradecer al Señor, a Sor Ambrosina y a todos los que en la tierra y desde el cielo rezaron por él.

Afectuosos saludos de Andrés y de su familia.

     Giuseppina D´Onorio                                                                                               
     Mamá de Andrés